martes, 22 de marzo de 2011

Otro dia mas. (Recuerdos de un delirio)


Era invierno y la noche se presentaba especialmente fría por lo que antes de acostarme cogí una manta mas, era de lana , de las que pican, pero al ponerla encima del edredón no me di ni cuenta de que estaba ahí de no ser por el peso añadido y la calidez que se respiraba bajo ella. Me había acostado sobre las diez y media, mis padres y mi hermana un poco antes que yo. Un día normal.

Es veintiuno de Diciembre , ya queda poco para navidad y me he levantado a las 11:17, al menos eso dice el reloj de mi mesilla. He quedado con Manu a la una en su casa por lo que me dispongo a recoger mi cuarto, ducharme, vestirme... lo normal vamos. Tras terminarlo todo y desayunar a las doce menos cuarto tengo el tiempo justo para llegar a la estación y coger el metro.

Ya en el tren me doy cuenta de que algo raro pasaba...-La gente es la misma que ayer- pienso para mi mismo. - Rutina- espeto por lo bajo, tanto que ni la anciana sentada a mi lado se percata...

Tras una hora de viaje llego a mi destino y unos segundos después a casa de Manu. Estaba en pijama (como siempre que voy a su casa) y con cara de dormido cuando me abrió al puerta tras llamar al timbre. Era un día frió por lo que la calefacción estaba alta, yo llevaba 4 capas de ropa así que me estaba literalmente asando por lo que me quite algo de ropa. Estábamos en su cuarto jugando a la consola y tenia la impresión de ya haber jugado esa pantalla y se lo comente.

-Oye tío, ¿no nos pasamos esta pantalla ayer?

-Que va llegue ayer por la noche justo después de cenar.

El día era cada vez mas raro... El metro, el juego, hasta tenia la impresión de haber comido lo mismo del día anterior. Pero lo deje a un lado y seguí a lo mio... Tras comer me disponía a irme, ya que a Manu le tocaba lavar los platos y no quería que me la jugase y me pusiera a fregar con el, cosa que ya había echo en alguna ocasión. Pero dejemos de divagar y a lo que iba.

Llegue al metro a las 16:42 y el anden parecía estar vacío, tras unos minutos se sentó a mi lado una mujer extrañamente familiar. Tenia el pelo castaño oscuro, liso y muy largo, los rasgos delicados y unos profundos ojos verdes. Al verlos sentí como una extraña sensacion de calidez... puede que fuera por lo familiar que me resultaba o por aquel extraño brillo rojizo que envolvía su mirada.

Tras varios minutos de embobamiento, llego el tren. Estaba bastante lleno pero habia un sitio para sentarme, tras unas paradas me di cuenta de que aquella chica se habia sentado frente ami y me obserbaba con una mirada indiscreta, curiosa y a la vez pensatiba, lo cual me hizo sentirme incomodo. ¿Porque me miraba asi? ¿se abria dado cuenta de que la obserbaba en el anden?. Tras unas paradas mas bajo su atenta mirada intentando desviar mis pensamientos en otra direccion, me senti atraido hacia ellos y me senti obligado a devolverle la mirada. Justo en el momento en que mis ojos se encontraron con los suyos de sus labios brotaron unas palabras que parecian retumbar en mi interior, que a pesar del ruido del tren y de los pasajeros escuchaba perfectamente y parecia elarme la sangre.

-Hola Asael, cuanto tiempo...

Zems. (continuara)